BREVET DEL CORZO 2016 : Mi crónica
Llevo un montón de brevets a mis espaldas de todas las distancias y comencé esta con la idea de que sería una más; pero siempre te pueden ocurrir cosas diferentes.
No pretendía hacer un tiempazo, sabía que llovería y la idea era hacerla sin parar a dormir; pero con calma.
Pretendía venir en bici a la salida desde casa, Ferrol; pero cuando me levante a las dos y media, estaba lloviendo y decidí que mojarse antes de salir no valía la pena.
Nos pusimos en marcha 9 pretendientes a conquistar la brevet del corzo. Enseguida nos pusimos en cabeza Emilio, Jose A. y yo con la compañía de Fran Ferreiro hasta Montesalgueiro,
la temperatura era buena y marchaba bien la cosa.
Fueron pasando los controles Begonte, Becerreá y paramos a comer en Vega de Valcarce, cuando salíamos llega Alfonso y nos dice que ya llueve por Pedrafita.
El viento de cara, que ya lo teníamos casi de salida, va arreciando cada vez más y bajando el Manzanal decide la lluvía acompañarnos gracias a las plegarias de Jolufasa.
En Astorga paramos a ponernos los impermeables y Emilio tiene que reparar el primer pinchazo, continuamos hacia el punto más lejano de la brevet, cuyo nombre no quiero acordarme,
A un ritmo bastante alegre para intentar cenar en La Bañeza de vuelta. Por aquí los kilómetros no son iguales, pasan volando, iba recordando la brevet que hice en el 2011 en solitario
hasta Torre del Valle(625 km) y que ahora me doy aún más cuenta de la machada que hice (28 h y 20’). Por fín encontramos el pueblo llamado Pozuelo del Páramo y
a por una buena cena en La Bañeza alrededor de las 11 de la noche acompañando a el resto de integrantes de la brevet menos el portugués.
Cuando arrancamos después de cenar, se pone Emilio a la cabeza y así seguimos hasta subir el Manzanal donde Jose A. pincha dos veces, siento un frío de narices y no por falta de ropa,
Estaba empapado por dentro, posiblemente por llevar la mochila a la espalda, muy duro para un 600. Paramos arriba en la gasolinera y me pongo ropa seca, estaba temblando con unas sacudidas alucinantes.
Bajando el Manzanal no dí entrado en calor e iba pensando en parar en algún hotel; pero a medida que pasabamos un pueblo me resistía un poco más, Bembibre, Ponferrada. Llegando a Vega de Valcarce ya no era capaz de mover los cambios
con los dedos, tenía que hacerlo a martillazos. Por fín llegamos y les digo a mis compis que me apeo, que me retiro, desayunamos juntos y me meto en una habitación a las 7 menos cuarto. Pongo el despertador para las ocho y media y ni me entero, desperté yo a las 09:30 y empezando a razonar veo que hay radiadores, decido poner la ropa a secar y comprobando que la climatología sería mejor, decido continuar. Dejo la habitación, después de desayunar de nuevo y me pongo en marcha a las 10:50 con una hora y 22 minutos de margen para pasar el control de Cebreiro.
Me encuentro bien fisícamente como en toda la brevet y subo a buen ritmo llegando al control en una hora justa, 11:50, no paro y me lanzo hacía abajo donde empieza el buje de la rueda trasera a darme guerra, se agarrota y tengo que dar pedales continuamente para que no se desmonte la cadena.
Subiendo o Campo da Arbre encuentro al portugués, me intereso por su estado y viendo que va bien, dice que lleva tiempo de sobras, continuo con mi ritmo.
No paro hasta las afueras de Lugo, donde como un buen bocata caliente y continuo camino del penúltimo control de Guitiriz.
El cruzar Lugo fue un horror, un montón de camicaces sin respeto ninguno un desatre, incluidas carreras,deberían poner un radar en cada kilómetro.
Llego a Guitiriz y está el cielo negro, negro. Arranco lo antes posible para escapar de la lluvia pero no hay manera, me cae una tromba de agua durante diez kilómetros, menos mal que sale el sol y ayuda a secar algo.
Ya huele a meta y me tomo con tranquilidad las bajadas de la costa da Sal y Betanzos por el problema del buje. Llego al INEF a las seis de la tarde. Las sensaciones fueron buenas, me encontré mejor que en las anteriores; pero
no estoy como otros años , está siendo un año extraño.