Las espadas en todo lo alto, el rush final, un esfuerzo definitivo, ese ímpetu prostrero. Cae el telón sobre la Copa Riazor en 2018 y todo está por decidir en la última Clásica, que llaman de la Luz.
Fenece el verano, se infiltra inevitable el otoño, la salida desde O Burgo vuelve a las 09.30, y recordamos las trece Clásicas que comenzaron en un alejado febrero. Pasamos frío, calor, luchamos contra el viento y la lluvia, acudimos a honrar la Copa cuando otros ni se plantearon salir en bicicleta. Ahora toca golpear por última vez, rematarlo corazón inflamado y piernas trémulas, parlotear entusiasmados la jugada con los amigos, los que quedan atrás y los que quedan por delante de nosotros, y volver a casa orgullosos, satisfechos los que de su empeño sean dichosos.
Todo comenzará el domingo 5 de octubre a las 09.30 en O Burgo. Saldremos hasta Sigrás y será lo que Dios quiera y los hados manden. Primero la Cantera, luego rotonda de Cercerda, y final ese diabólico sprint en cuesta de Mesón do Bendo. Pocas palabras, muchos metros apretando los dientes: solo 25 km, pero veinticinco kilómetros molto lunghi.
El tablero está muy abierto ya que la puntuación es doble en la última Clásica.